Sigue escribiendo sin parar dos y tres guiones a la vez. Un día entra un hombre en el café Gijón y cae desplomado en la puerta.  Es  Hans Rothe, judío huido de Alemania y autor de éxito de teatro. Se muere de hambre. Quiere irse a Estados Unidos y Carlos le ayuda cuanto puede.  Propone a Nieves Conde como director de una nueva versión de "Huellas Borradas", la novela radiofónica con la que Hans Rothe había tenido un éxito enorme en Alemania. Carlos  titula su guión "Llegada de noche".  El dinero que cobra se lo da íntegro al autor de teatro que  consigue llegar  a Norteamérica donde muere muy poco después. Ese mismo año se lleva al cine  el  único vodebil de Carlos, "39 cartas de amor", con un jovencísimo Tony Leblanc.