Como "penado y rebelde" el futuro era muy limitado. No le permiten seguir la carrera de ingeniero de caminos que empezó un año antes de la guerra. Se siente peor que en el campo de batalla, ahora no tiene con qué defenderse. Y recurre a su refugio personal, contar historias. Ve una convocatoria de un concurso para guiones, y se lanza. No ha visto nunca un guión, pero sí muchas películas. Un café, su único sustento, le da derecho a una mesa fija en el Café Gijón y allí escribe durante todo el día. Gana aquel concurso con "Don Beltrán de la Cueva" y ese mismo año Jerónimo Mihura lleva a la pantalla su primera película, "Cuando llegue la noche" basada en una obra de teatro de Joaquín Calvo Sotelo. Al fin una luz, pero sigue el hambre y las palizas en los bajos de la Puerta del Sol.